Condones ecológicos

Los intentos de Pedro fueron en vano, por lo que al cabo de unas semanas Pedo empezó a aceptar que Eva se había ido por siempre. La resignación vino acompañada de una profunda tristeza, sentimiento que le acompañó a lo largo de varios años, tantos como hicieron falta para que Pedro volviese a enamorarse.

No es pecado meditar en otra persona

Voy a ser el auténtico excitante que te lllevará a gozar del éxtasis total del placer, te haré vivir experiencias únicas y también inolvidables de lujuria y pasión. Conmigo todo es sensualidad y sexualidad, mis manos son angelicales para que disfrutes de un exquisito masaje.